Hoy
el día amanece frío. Sopla un viento un tanto desagradable, por lo que vamos a
protegernos al abrigo del bosque, para ello escogemos uno de los más bonitos de
Asturias.
Nos
dirigimos hasta Teverga, aquí tomamos la carretera que sube al Puerto de Ventana y pocos kilómetros después de pasar el pueblo de Páramo, encontramos un
aparcamiento a la derecha. En este punto dejamos nuestro coche para iniciar la
ruta.
Hoy la caminata nos resultó mucho más entretenida, pues no fuimos solos, nos acompañaron: mi hermana y mi
cuñado.
Esta es la primera panorámica que podemos contemplar. La aldea “Villa de Sub” al fondo.
El camino es muy cómodo, prácticamente llano, aunque en algún punto hace
su presencia el barro.
Después de un rato de camino, nos encontramos un panel indicativo “a la
fuente de Las Vallinas”. Fuente donde dicen los lugareños que antiguamente
acudían a beber los enfermos de lepra, con la ilusión de curarse. El mismo
panel indica “difícil acceso”, por lo que no bajamos y seguimos nuestra pista.
Mientras caminamos podemos contemplar algunos árboles de gran porte como
éste.
Ya en el hayedo, pudimos disfrutar de la belleza de sus árboles, en este
momento desnudos, pero colocados sobre
una alfombra roja, tejida delicadamente con sus hojas.
Después de caminar algo más de una hora, se llega al barranco del río La
Verde o Fundi. Una vez cruzado este río, a pocos metros, se encuentra la desviación que va a la Cascada
del Xiblu ; pero, como el acceso no es muy bueno, nosotros vamos a continuar
disfrutando del bosque y nos dirigimos hacia el pueblo “la Focella”
Caminar y disfrutar
del encanto de este bosque es una pasada.
Antes de pasar por delante de esta cabaña, hay una
desviación a la izquierda, “Ruta de la Navariegas” (que otro día la haremos).
Seguimos nuestro camino, ahora entre muros de piedra que separan las fincas, y nos encontramos con este puente de madera que cruzamos.
Esta fuente con su abrevadero, a la orilla del camino,
hizo que nos detuviéramos para beber.
En poco tiempo llegamos a las primeras casas de “La Focella” (entramos por la parte alta del pueblo).
Bajamos por sus calles estrechas, entre típicas casas de aldea hasta…
Llegar a la fuente con abrevadero y lavadero. Aquí
decidimos descansar y comer nuestros bocatas. ¡Nos reímos de lo embarrados que
llegamos! y ¡nos prestó un montón!
Después de dar una vuelta por el pueblo, subimos
nuevamente a la parte alta, y tomando otra vez este camino, emprendimos nuestro
regreso.
Volvimos
a contemplar estas vistas espectaculares con “Villa de Sub” (ahora al frente) y
disfrutamos nuevamente del maravilloso hayedo hasta llegar al aparcamiento.
Lo hemos
pasado genial. Aunque hemos llegado un poco cansados, ¡ha merecido la pena!
Esperamos que nuestros compañeros de ruta de hoy se animen y nos acompañen en
más salidas.
Pulse aquí para ampliar
No hay comentarios:
Publicar un comentario